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Viajar a Turquía para conocer Estambul se ha convertido en una de los deseos turísticos favoritos de los amantes del viaje, en especial de aquellos a los que les encanta disfrutar del turismo artístico. Y es que Turquía representa un puente geográfico, ideológico y cultural entre el mundo oriental y el occidental.
Basta con echar un vistazo para darse cuenta de que la arquitectura en Turquía tiene muchos rasgos particulares y especiales que la han llevado a ser catalogada una de las joyas de arte más preciadas del mundo artístico.
Estambul ha sido considerada una de las ciudades más emblemáticas de Turquía, guardando para si la mayor cantidad de obras arquitectónicas del país. Este patrimonio representa la influencia que ha tenido sobre el pueblo turco los gobiernos sucesivos del imperio bizantino, el imperio otomano y el gobierno contemporáneo, junto con la afluencia simultanea de grandes figuras del arte europeo y oriental de la época.
Viajar a Turquía conociendo su legado artístico nos permite decidir que ver y que hacer durante nuestra visita por Estambul, además nos permite crear nuestras propias rutas e itinerarios turísticos ajustados a nuestros gustos y disponibilidad de tiempo.
A continuación, hablaremos sobre dos de las corrientes artísticas más influyentes del mundo y de su auge en el territorio que ahora ocupa la república de Turquía: el arte bizantino y el arte otomano. Haremos énfasis en las características de su arquitectura y en las obras emblemáticas que han formado parte de Estambul yotras ciudades de interés de los imperios bizantino y otomano.
Arte Bizantino
El arte bizantino se considera una continuación del arte paleocristiano y su origen se remonta al siglo IV luego de la fundación de Constantinopla, capital del recién constituido imperio romano de oriente.
Inicialmente, este movimiento comenzó como una extensión del arte romano, por lo que también recibió el nombre de Neo-Roma. Sin embargo, a partir del siglo V adquiere su lenguaje artístico particular, fuertemente influenciado por el cristianismo oriental y separado del usado en el imperio romano de occidente.
A partir de ese momento se pueden identificar 3 etapas de desarrollo del arte Bizantino:
Primera edad de oro bizantina (527-726 d.C)
Esta etapa coincide con el gobierno de Justiniano I y con ello el auge del impero bizantino en sus sentidos geográfico, político, ideológico y artístico.
En esta época ocurre una disputa entre las dos corrientes cristianas del imperio: los iconoclastas, contrarios a la representación y adoración de las imágenes religiosas, y los iconódulos, fundamentados en el culto y adoración de las representaciones divinas. Este evento recibió el nombre de la guerra iconoclasta y se extendió hasta el periodo 726-843 d.C causando una crisis intensa en el imperio, principalmente en el arte figurativo.
Segunda edad de oro bizantina (913-1204 d.C)
Aún recuperándose de la guerra iconoclasta, esta etapa representa el verdadero periodo de desarrollo artístico del arte bizantino, el cual adquiere su esencia estética y espiritual coincidiendo con la revolución macedónica. Ya para este momento su lenguaje artístico se encuentra completamente separado del imperio romano de occidente.
Tercera edad de oro bizantina (1261-1453 d.C)
Este periodo abarca desde finales del siglo XIII hasta el año 1453 cuando los turcos invaden Constantinopla. En esta etapa el arte bizantino se extiende a otros países fuera del imperio como Armenia, Rusia y algunas zonas de Italia como Venecia. La tercera edad de oro fue protagonizada principalmente por Grecia y Constantinopla quienes continuaron expandiendo su influencia más allá de los confines del imperio.
Tras la caída de Constantinopla el arte bizantino se expandió por los países eslavos, el sudeste de Europa y otras áreas de Rusia con lo que continuó influenciando el arte mundial a pesar de la nueva expansión y dominio del imperio otomano.
Arquitectura bizantina
La arquitectura bizantina tiene rasgos que la hacen autentica, sin embargo, es el resultado de una evolución a lo largo de sus tres edades de oro. Cada una de ellas le aporto elementos que la transformaron en lo que conocemos hoy en día.
Durante la primera época de oro es cuando se crean el mayor número de obras arquitectónicas. En esta época se sigue percibiendo la fuerte influencia paleocristiana, donde los materiales empleados para la construcción de las fachadas siguen siendo la piedra y el ladrillo mientras que los interiores se siguen revistiendo con mosaicos, columnas clásicas y arquerías de medio punto. Como su aporte distintivo, el arte bizantino desarrolló un nuevo concepto espacial e incorporó un novedoso sistema de cubiertas abovedadas, de las cuales destacó la cúpula sobre pechinas. Además, incorporaron la decoración de capiteles, los cuales variaron a lo largo de su historia: el teodosiano, heredado de los romanos y el cúbico de caras planas.
La estructura de los templos construidos en esta época es bastante variada: por una parte, persiste el uso de plantas basilicales y la herencia paleocristiana de incluir un atrio o nártex y por el otro la incorporación de plantas centralizadas donde se le da protagonismo a las cúpulas.
La construcción más emblemática de este periodo fue la Iglesia de Santa Sofia, construida por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto por ordenes de Justiniano I. Sin embargo, existen otras construcciones de importancia dentro de Constantinopla, como la Iglesia de San Sergio y San Baco, y fuera de ella, como el Núcleo de Rávena y la Iglesia de San Vital, ambas construidas en la ciudad de Rávena.
Durante la segunda edad de oro predominaron las iglesias con planta de cruz griega techadas con cupulas suspendidas sobre tambores y rematadas con cornisas ondulantes en la parte exterior. La ya desaparecida iglesia de Nea en Constantinopla es uno de los ejemplos más emblemáticos de este periodo, así como la iglesia de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni y los conjuntos monásticos del Monte Athos.
Finalmente, durante la tercera era de oro persiste el uso de cupulas abultadas sostenidas en tambores poligonales o circulares. Como se mencionó previamente, Grecia fue uno de los protagonistas de esta época por lo que la mayoría de edificios fueron construidos ahí. Entre los más emblemáticos se encuentran la iglesia de los santos apóstoles de Salónica, la iglesia de Mistra y algunos monasterios en el monte Athos.
En otros países fuera del imperio, tales como Bulgaria, Rumania y Rusia, se construyeron grandes monumentos bizantinos entre los que destaca la iglesia de la asunción del Kremlin.
Arte Otomano
Por otra parte, el imperio otomano tuvo grandes contribuciones para el patrimonio artístico de Turquía. A pesar de que su origen se remonta a años previos a la conquista de Constantinopla, el imperio otomano adquirió gran parte de su lenguaje artístico al entrar en contacto con el arte bizantino. Por lo tanto, el arte otomano se considera el resultado de la intersección entre el arte bizantino y la arquitectura del mediterráneo y el medio oriente.
La dimensión del arte otomano abarca diversas ramas de la manifestación artística, incluyendo la danza, la pintura, la música, las telas, los tapices y la arquitectura. Esta última ha sobrevivido al paso de los años como un recuerdo de la gloria del imperio otomano e incluso en la actualidad pueden apreciarse sus obras más emblemáticas cuando hacemos turismo por Turquía o cuando visitamos algunos de los países del ya extinto imperio otomano.
Arquitectura otomana
La arquitectura otomana surgió de sus raíces turcas selyúcidas y continuó evolucionando a medida que estuvo en contacto con el arte bizantino y las tradiciones islámicas mamelucas.
Los otomanos lograron un equilibrio perfecto entre la fachada y el interior de sus edificios, construyendo grandes edificaciones inspiradas en la iglesia de Santa Sofia. Con esto, pasaron de una arquitectura religiosa bastante modesta hacia la ostentosidad de las grandes mezquitas que, durante 400 años, fueron el centro de su interés.
Durante su evolución, la arquitectura otomana atravesó distintas etapas de desarrollo, organizadas cronológicamente de la siguiente forma:
Periodo otomano temprano
Una etapa bastante primitiva otomana en la que se busca una forma artística de manifestar el poder y dominio del recién creado imperio. Tres tipos de mezquita caracterizaron este periodo: de una sola cúpula, de gradas y sublínea en ángulo.
Periodo de Bursa (1299-1437)
Constituye una etapa de transición entre el estilo seléucida y la incorporación de cúpulas en la estructura. Esta transición coincide con el traslado de las capitales del imperio desde Bursa a Edirne y finalmente hacia Estambul, donde se construyeron el Palacio de Topkapi y la Mezquita de Beyazid.
Periodo Clásico (1437-1703)
Esta fue la etapa de la unificación de la arquitectura otomana, la cual ocurrió bajo la influencia del arquitecto Mimar Sinan. Como ya se mencionó, la estructura de las mezquitas estuvo inspirada en la iglesia de Santa Sofia, sin embargo, durante este periodo sufrió transformaciones adicionales. Estas consistían en la eliminación de columnas y estructuras de división de los interiores con lo que se lograban salones de grandes dimensiones en las que se jugaba con la iluminación y las sombras. Adicionalmente se incorporaron a las plantas jardines internos que con el tiempo se hicieron inseparables de la estructura de las mezquitas. Las dos construcciones más emblemáticas de esta época y que aún continúan de pie en Estambul son la Mezquita del Sultán Ahmed, también llamada mezquita azul, y la mezquita Sehzade.
Periodo de modernización
Esta época coincide con el periodo de paz durante el reinado de Ahmed III y fue resultado de las relaciones que se mantenían con Francia durante ese momento. Por lo tanto, el arte barroco y rococó que imperaban en el país europeo tuvo influencia en el arte otomano en desarrollo a través de dos formas: La primera fue el envío de delegados a la ciudad de París con la finalidad de aprender la técnica y aplicarla en el imperio y la segunda fue el recibimiento de grandes artistas franceses, como el arquitecto Mellin, en la ciudad de Estambul. Este último llevó a cabo la construcción de una gran cantidad de residencias de recreo a la orilla del Bósforo. La influencia de esta época se aprecia principalmente en pórticos y ornamentos.
Periodo tulipán (1703-1757)
Como una continuación del periodo de modernización, en esta etapa el interés artístico del imperio otomano se cierne sobre el oriente y durante alrededor de 30 años los arquitectos se dedican a la construcción de villas y pabellones alrededor de Estambul. De esta forma, la población comenzó a disfrutar de la convivencia en espacios al aire libre alrededor de fuentes y entre grandes jardines. Luego de la muerte de Ahmed III y el ascenso de Mahmud I al trono comenzó la construcción de mezquitas con estilo barroco, contribuyendo aún más a la occidentalización de la sociedad turca otomana. Una de los aportes más emblemáticos de esta época son la construcción de la Biblioteca de Enderun y la fuente de Ahmed III.
Periodo Barroco (1757-1808)
Al igual que los dos periodos previos estuvo fuertemente influenciado por el barroco, aunque prevaleció el uso de líneas curvas y onduladas. De este periodo aún se pueden apreciar la mezquita de Nuruosmaniye y la mezquita de Laleli.
Periodo imperio (1808-1876)
Esta etapa sucedió en paralelo con la occidentalización de la sociedad turca otomana y estuvo fuertemente influenciada por el trabajo artístico de los arquitectos de la familia Balyan y los hermanos Fossati. La influencia occidental se puede observar en edificios como el palacio Dolmabahce o el Kuleli Military High School. Por otra parte, continua la construcción de grandes mezquitas al estilo barroco entre las cuales se encuentra la mezquita de Ortaköy.
Periodo tardío (1876-1922)
Esta etapa se conoció como el renacimiento arquitectónico nacional y se desarrolló a partir del año 1900 bajo la influencia de los turcos jóvenes que ascendieron al poder. Durante este periodo se desarrolló un movimiento conocido como “Primer Estilo Nacional” cuya esencia consistía en resistir y repeler la influencia occidental durante los últimos 200 años. De esto surgió un arte completamente nuevo, que utilizaba la base de la construcción moderna implementando materiales como vidrio, hormigón y hierro.
En un principio este nuevo arte perseguía promover el patriotismo multiétnico del imperio otomano, sin embargo, luego de su caída fue acogido por los patriotas de la naciente republica de Turquía, influenciando así su historia artística moderna,
Entre las obras arquitectónicas más emblemáticas de este periodo se encuentran: La oficina Central de Correos de Estambul, las terminales de ferry en Estambul y la cárcel de Sultanahmet, actualmente Hotel Sultanahmet de la cadena Four Seasons.
Conclusiones
Luego de haber revisado esta guía rápida sobre la arquitectura en Turquía, escoger qué hacer en Estambul durante el viaje a Turquía es una tarea sencilla. Construye tu propia ruta turística a través de las calles de Estambul, conociendo las mezquitas más hermosas y leyendo la historia cultural que esta impresa en sus formas y representaciones.
Conocer la arquitectura turca nos permite disfrutar al máximo la experiencia de viajar a Estambul y hace que cada uno de los céntimos invertidos valga la pena. Vive lo mejor del arte bizantino y otomano en Santa Sofia o la mezquita Azul y déjate envolver por la magia que encierran las calles de Estambul.